miércoles, 3 de octubre de 2012

Subsuelo I


Hoy me he sentido solo, en una ciudad tan cosmopolita como esta,  rodeado de personas de diferentes edades e innumerables nacionalidades, me sentí aislado de todos mis semejantes.
Llegue a La gran ciudad con el suficiente tiempo como para preferir viajar, a mi lugar de destino, rodeado de toda una población que a aquellas horas se desplazaban a sus trabajos, recorriendo las entrañas de la ciudad. No me apetecía montarme en un taxi y escuchar durante media hora todo un monólogo sobre lo mal que va el país, al taxista de turno, mientras yo procuro recordar las calles por las que me desplazo, e intento averiguar si estoy siendo estafado u honradamente llevado a mi destino.
La única persona que me demuestra ciudadanía se encuentra junto a unas maquinas expendedoras, donde encontrar tu lugar de destino para poder sacar el billete ya merece toda una gran capacidad de deducción,  y a eso contribuye esta persona, a que nadie se equivoque y saque su billete correctamente.
Tras pasar unos tornos me engulle unos pasillos llenos de carreras digna de cualquier competición, como cada recoveco me obliga a corroborar la dirección que debo tomar en carteles diseminados por todas las paredes, me aparto para no ser arrollado.
En el anden se posicionan todos salvando distancias entre unos y otros, conservando cada uno su espacio vital, y preparados para el asedio de un tren que aparece luminoso y ruidoso saliendo de una cavidad oscura y misteriosa.
Se abren las puertas y sin apenas ser desalojados los vagones, entramos todos en avalancha. Todo mi espacio vital acaba en ese momento, unas sobre otras se apiñan las personas, cada pequeño resquicio del vagón es rellenado por una masa de carne perteneciente a cualquiera de los concurrentes.
Yo, debido a mi inexperiencia en estos avatares, me dejo llevar por la marea y tan solo me preocupo por rodear mi cartera con la mano,  para no ser desvalijado, ya habréis deducido que soy de natural desconfiado.
Así las paradas se eternizan y solo me quedan ojos para ver un señor que en medio de esa amalgama de articulaciones humanas que sobresalen de nuestra cabezas para agarrarse a las barras, en la mano que le queda libre porta un libro entreabierto del que parece estar leyendo. Para mi la lectura es un placer, cada vez que he visitado la orilla de un río, lo alto de una montaña, un parque o cualquier sitio que haya desprendido tranquilidad y paz de espíritu, he pensado: aquí ahora solo me falta un libro y soy el hombre mas feliz; pero ¿en medio de ese amasijo de seres?, ¿en medio de tanto vaivén? 
Esto me sirvió para entretener mi mente hasta que los altavoces anunciaron mi parada. 
Tras salir expulsado del tren, me dirigí hacia la salida del anden, cada vez mas integrado en corrientes de personas que se desplazaban por las cavidades subterráneas, pero con el lógico cuidado del que mide cada paso para no parecer forastero.
Al llegar al próximo anden donde tenía que coger el otro tren, todo parecía mas tranquilo, sin lugar a dudas esta línea de metro no tenía tanta concurrencia.
Igual que en el caso anterior el tren apareció de la nada mas profunda e inundo con un estruendo el anden donde nos encontrábamos.
Entré junto a varias personas, pero el vagón no se encontraba lleno, por lo que pude posicionarme para observar a todos mis compañeros de viaje.
Y fue en ese momento cuando me di cuenta; estaba solo, si solo, y no me refiero a que no conocía a nadie, eso era lógico si estaba en una ciudad como esta donde confluyen varios millones de personas, difícil sería que me encontrara a alguien conocido y mas teniendo en cuenta que yo era de fuera.
Me refiero a que nadie se interesaba lo mas mínimo por mi, ni por mi ni por cualquier otro que tuviese a su alrededor. Para ser exacto lo que hacia cada persona era eludir el más mínimo contacto, tanto verbal como visual.
A mi derecha se situaba una pareja, esas eran las únicas personas que parecían no haber sido envueltas en aquel estado de individualismo y abstracción en el que estaban todo el resto de seres de aquel vagón.
Frente a ellos, dos chicos sentados uno junto al otro cada uno con sus móviles escribiendo no se que y con unos cascos que adornaban sus orejas, abstracción absoluta de un entorno poco atrayente.
Sentada junto a mi se encontraba una señora que postraba sobre su faltriquera un libro abierto que combinaba con el constante teclear de su móvil, debido a mi cotilleo os puedo asegurar que no paso la hoja de su libro en todo el viaje.
Frente a mi un chico saco de un pequeño bolso una psp y con unos cascos que colgaban de sus orejas se internó en el mundo de los juegos.
A mi izquierda otro chico chaqueteado, tipo vendedor de centro comercial importante, leía muy ensimismado un libro "tipo tocho" como yo los llamo, que yo tan solo suelo leer sobre una mesa, ya sabéis por evitar el posible esguince de muñeca.
Pocos más eran los habitantes fugaces que portaba dicho vagón, todos eludiendo el contacto con los vecinos de viajes.
Recuerdo viajes por el campo, a tempranas horas de la mañana, paseos vespertinos de verano a la orilla de una playa ya desierta, y siempre me sentí participe del medio, en cualquier momento alguien aparecería y seguro que me hablaría, se preocuparía de recordarme que estaba allí, que yo era alguien y que ese alguien le interesaba.
En aquel vagón todos tenían indiferencia, les era indiferente relacionarse, les era indiferente el prójimo, solo les interesaba su estación de destino, nada más.
Eso me producía soledad, soledad y desesperanza, nada puede producir más dolor que la indiferencia, en una ciudad donde tantos millones de personas conviven, y en su subsuelo se cuece el mayor cardo de cultivo para acabar con los seres humanos, el aislamiento del prójimo, el hombre un animal colectivo pasa a ser en el cénit del progreso, "un indiferente".
Estación en curvas, suena una voz por los altavoces, segundos antes de que el frenazo del tren me haga volver en mi, y corro fuera del vagón hacia mi destino.

Tartessus Baobab

miércoles, 18 de julio de 2012

¿TE IMAGINAS?



-         El Jabato es el que más me ha gustado desde que fui dejando de leer los Tío Vivo, Pulgarcito, TBO y demás. –Dice Luiso con claridad.
-         Hombre, Luiso, El Jabato está guapo, pero con el que mejor me lo paso es con El Capitán Trueno. Es parecido al otro guerrero, pero además se encuentra con más historias fantásticas, con personajes extraños…… y Sigrid está de miedo. –Le digo, ondeando con mis manos en el aire la figura y las curvas de la novia de mi héroe favorito.
-         Pues yo me quedo con Hazañas Bélicas. Las historias de la 2ª Guerra Mundial son más cercanas y reales. Las batallas son emocionantes. –Asevera Monti con una sonrisa.
-         Ya.. –Les digo, apoyado en el 850 de mi padre, aparcado en la puerta de casa.

Desde la puerta de la taberna El Punto se acerca hacia nosotros Alberto, con su andar cansino y gastado. Nos observa, con su mirada torva y los brazos en jarra; remangada la camisa blanca se aprecia claramente su tatuaje en el brazo, recuerdo de su antigua época de marino. Monti, Luiso y yo nos quedamos en silencio a ver por dónde sale.
-         ¿Hoy no queréis un vaso de casera fresquita? Hace calor y es lo que pega ¿no?
-         Es que no tenemos dinero, Alberto. –Le  dice Luiso, secamente.
-         No importa, el que quiera beber su vaso de casera fresquita que lo haga, y mañana pagará la peseta. –Responde con rotundidad.
-         Vale, me apunto.

Monti y yo guardamos silencio y también nos adentramos tras ellos en la taberna El Punto. La alfombra de virutas bajo nuestros pies nos hace sentir en territorio extraño, el olor concentrado por Baco en la estancia llega a su mayor intensidad a la altura del mostrador, su aroma se mastica. Alberto sirve un vaso de gaseosa La Casera y Luiso se lo bebe de un tirón, mientras algunos pajarillos revolotean entrando y saliendo del establecimiento.
Félix se asoma a la taberna desde la calle buscándonos, nos llama, y al verlo también Alberto le grita con énfasis –¡Felicín, mórdiles! –Félix  echa a correr en dirección a su casa y desaparece como una bala.
Sonreímos, nos despedimos de Alberto y volvemos a nuestro mundo perfecto, la calle.

Doy una palmada al aire diciendo –Asiento  "patrés" –y  al oír los demás la clave, nos dirigimos en silencio hasta nuestro lugar señalado, el escalón de entrada a un piso alto, junto al "Zapa", donde sólo cabemos tres, y algo apretados. Con el calor del comienzo del verano el denso olor a cuero y betún nos llega a oleadas intermitentes.

-         Los que sí me están gustando cada vez más son los nuevos, creo que les llaman comics, que tienen una forma diferente a los tebeos, es como un libro pero con las viñetas; los de superhéroes. Ya voy cogiéndole el rollo a los personajes y las historias son increíbles. –Les  comento, retomando la conversación de hace un rato.
-         A mí me gusta Spiderman. De superhéroe es la caña, y cuando no actúa como Spiderman, cuando es Peter Parker, no le salen las cosas demasiado bien. Dice Luiso.
-         A mí también es el que más me gusta y además tiene líos con las novias y se agobia bastante. –Confirma Monti.
-         Y lo que estaría guapo sería que vinieran en color, no sólo la portada. ¿No? –Monti y Luiso me dan la razón con un gesto de cabeza al unísono.
-         El superhéroe que más me gusta es Thor. –Les digo muy convencido. –Es diferente; llega a la Tierra a aprender de los humanos y a ayudarles. Me gusta su nobleza.

Nos quedamos unos instantes en silencio, cada uno de nosotros tres está recordando escenas de las historias de Marvel. Monti reinicia el diálogo.
-         Ahora, ¿os dais cuenta que hay poca gente que conozca a estos personajes superhéroes? Solamente a unos pocos nos interesa.
-         Sí. No son famosos como Superman, ni creo que lleguen a serlo.
-         O a lo mejor sí, Luiso. –Les digo, esperando su reacción.
-         ¡Anda ya! –Me  repiten los dos haciéndome gestos de que he perdido la cabeza.
-         Demasiada fantasía tienes tú. –Me dispara Monti.
-         Además, Superman es sólo uno. Aquí están Spiderman, Thor, Dan Defensor,La Patrulla X, Los Vengadores, Los 4 Fantásticos..... Muy complicado, demasiados superhéroes para este mundo. –Apostilla Luiso.

Se levantan los dos del asiento "patrés" casi al mismo tiempo.
-         Luiso ¿Te imaginas poder verlos en el cine?
-         Eso sería demasiado. –Me  contesta.
-         Eh, Monti ¿Te imaginas ir al cine a ver una peli de Spiderman o de Thor, o incluso de Los Vengadores? Poder ver a Spiderman en una pantalla de cine colgarse de sus telarañas y balancearse de un edificio a otro. Ver a Thor lanzar su martillo….
Me incorporo del asiento y me quedo mirándolos esperando alguna reacción.
-         Demasiada fantasía para eso. –Me dice Luiso, comenzando a andar.
-         Demasiada imaginación habría que tener. –Sentencia Monti con una sonrisa.

Junto a los adoquines, en la carretera de nuestra calle, unos zapateros revuelan cerca del charco dejado por un sifón medio vaciado de un camión de la fábrica de gaseosas La Juncal. La calle se va quedando solitaria. El calor sigue apretando. La sombra ya nos espera en casa. Es la hora del almuerzo.
Monti abre la cancela de su casa, adentrándose en el patio exterior diciéndonos. –¿Jugamos después una partida de monopoly?
-         Bien, buena idea – contesta Luiso.
Los dos me miran a ver qué digo, se quedan callados, esperando.
-         ¿Te imaginas verlos en el cine? ¿Te imaginas?
 Monti nos sonríe despidiéndose con un movimiento de su mano.

Luiso y yo caminamos en silencio rumbo a casa. Antes de entrar vuelvo al ataque.
-         ¿Te imaginas una peli de Los Vengadores?
-         Eso será cuando toree El Guindi. – Me dice iniciando una carrera.
-         Ya, pero...¿Te imaginas?.... –Y corro también intentando imaginar.



         *Masmoc Utopía



miércoles, 27 de junio de 2012

Aún queda esperanza

Hoy me invaden recuerdos, nostalgias, deseos aun por conseguir, cúmulo de sensaciones encontradas. El desarrollo de todo, camina impasible por un páramo oculto entre montañas tan altas que no dejan vislumbrar su final. Sosegar las ansias de vivencias banales, corregir la cólera de posiciones encontradas, destruir todo desprecio hacia mis semejantes y conseguir convivir con lo inaceptable, son logros arduos,  estos que se van consiguiendo batalla a batalla hacen que pueda sentirme más persona cada día. Deambular por pedregales descalzo hiere unos pies cansados amoratando las plantas de la base que me mantiene erguido. Una cadencia acompasada de amaneceres y crepúsculos bambolean mi ser y me embriagan postulando un futuro incierto en esa búsqueda continuada. Cierro este razonamiento totalmente irracional defendiendo lo único real que logro discernir: Si coincide en mi cabeza este galimatías puedo asegurar que aún queda esperanza. Tartessus Baobab

domingo, 24 de junio de 2012

OLVIDAMOS LA NADA

Perdimos el mar;
huyó por entre la arena de tus ojos
buscando rendijas de salida.
Perdimos la sal.

Olvidamos la llama;
se apagó al crecer las estrellas,
se inundó de lunas traicioneras.
Olvidamos la nada.

El mar nos encontraba
y nos balanceaba.

La nada nos buscaba
y nos cobijaba.

Sigo anhelando tu mar
bajo estrellas que se alejan.
Oigo crepitar el fuego
en mi alma soñolienta.

Olvidamos la nada
que nos hizo ser todo.

Y ahora...
naufragamos en el lodo.



*Masmoc Utopía




domingo, 27 de mayo de 2012

GRATITUD INQUEBRANTABLE



Una de mis estrellas del nuevo día
brilla con tu lealtad inquebrantable
que los años no lograron borrar.


Iluminas el rail de la vía,
rebosante con tu aliento inagotable
que sólo tú puedes realizar.

El destino del puzle no podría
ir llenando de colores imborrables
si no es con la pieza de tu amistad.


Gratitud que me invade,
lealtad inquebrantable.




* Masmoc Utopía.

AGRADECIMIENTOS-PROPUESTA

Agradecimientos a la Comunidad Baobaliana por sus comentarios y apuntes de ánimo y conexión. Es muy grato encontrar notas de comentarios en los escritos que vamos lanzando al espacio desde Utobab. Nuestro Universo se expande con vuestras aportaciones.
 Por ello pensamos que sería muy bien recibido por todos los Baobalianos que pudiérais participar aportando escritos que tuvieran relación, continuación, modulación o rasgos personales sobre personajes de nuestras historias, sobre nuevos relatos paralelos, relacionándolos y dádole riqueza. Buscamos agrandar las emociones, expandirlas y renovarlas con vuestros escritos relacionados con el Universo Baobaliano.
Nuestra mayor gratitud para Loli, M.Beltran, Anny, Montse B, Josefina, T.Gar, Sócrates Cerreño, JARR, El escriba de Thot, El Beja, Manu-Muabdib, Carla, MigueTerrible, Halada y a todos los anónimos que puedan dar color a la imaginación baobaliana.
 El método de transmisión sería a través de la dirección de correo de Tartessus o de Masmoc.
 "El que perdura" sonrió al conocer la propuesta y nos dijo que no tiene prisas, que dispone de todo el tiempo y recalcó - ¡Aventurarse! ¿Hay alguien ahí?

lunes, 26 de marzo de 2012

Asi me mantengo vivo

Llegué buscando lo que nunca había hallado,
llegué soñando lo que siempre había anhelado,
llegué esperando tener todo aquello que nunca había tenido...
Pero tras todo este tiempo aquí sigo;buscando, soñando y esperando tener lo que aún me falta...
Todo eso me hace saber que sigo vivo.

Tartessus Baobab

viernes, 23 de marzo de 2012

Cesará la quietud

Cesará la quietud de la tarde,
los vientos del Norte helarán el Páramo,
y yo, seguiré aquí tras mi ventana
esperando una lucidez perdida en antaño
postergando mi final con esta nada.

Crepitar de llamas efimeras
reflejo de un atardecer crepuscular,
envidia de una levedad deseada,
deseada...para encontrarme con mi amada.

Tartessus Baobab

sábado, 25 de febrero de 2012

HAZME OLVIDAR

El aroma nevado va llamando..
a las puertas de mi alma
y sus pigmentos me llevan..
a la temporalidad que negamos.

Tu mano estrechando la mía
y mi espíritu en calma..
me llevan, en la distancia,
a un sueño incontrolado.

Sin remisión;
somos lo que recordamos
al cenit de la alborada.

Sin perdón;
somos lo que se esconde
en el ocaso de tu mirada.

Desátame...
Desátame y hazme olvidar.

Embriágame...
Aniquílame y huye
del fulgor que nunca fue.

Háblame...
Háblame y hazme olvidar.

Muéstrame...
Encuéntrame y hazme olvidar.


Hazme olvidar..............


* Masmoc Utopía

miércoles, 4 de enero de 2012

Diario apócrifo de E.Sinclair 6


Hiela la mañana en mí desperezar junto a la Laguna, y me rescata de sueños y recuerdos del pasado, sueños y recuerdos que tenía olvidado en lugares remotos de mi propio mundo.
El agua fresca me ayuda a sentir mi nuevo yo que despierta, y contemplo cómo la magia del día va ganando terreno a las sombras que se alejan por los claroscuros de la dehesa.
La Laguna disfruta de un silencio que solo es invadido por un respirar acompasado y cadencioso del Toro-Buey que nos acompaña en este reencuentro.

Sobre la Laguna mi compañero se refleja observándome:
     - ¿Quién eres? que en mis sueños me acompañas. – Solicito sus explicaciones.
     - ¿Aún no lo recuerdas?
     - ¿Fuiste tú el culpable de mi reclusión?
     - Aún no lo has comprendido.
     - Sólo comprendo que yo solía dormir como el gran animal que duerme junto a nosotros. Libre de todo, incluso de mi propio pensamiento; pero ahora no, ahora todo lo cuestiono, todo hasta a mí mismo…… y eso me devora.
     - Te quedas en lo que ves y obvias lo interior. Nada te asegura que ese ser tan fiero que junto a nosotros duerme, con esa serenidad que desprende, no lleve en su interior un enclaustramiento aún mas profundo que el tuyo; y todo él hubiera necesitado unirse a nosotros para encontrar su propio lugar en Utobab.
Existe un libre albedrío que nos hace a cada uno tener nuestra propia libertad de decidir. Decidir el camino a tomar, decidir obedecer a alguien, decidir adorar a alguien, decidir…, pero esa decisión te lleva a la soledad, la soledad de nuestro propio yo, que es en la mayoría de ocasiones más duro que la obediencia, más duro que la sumisión, más duro que la fe ciega en algo que nos aseguren que nos ayudará a vivir sin complicación y sin tener que ser dueños y responsables de nuestros actos.
En definitiva, tenemos miedo.
     -¿Miedo, miedo a qué?
     -Miedo a nuestra propia Libertad.
     -Quizás tengas razón, quizás sea eso.
     -Pero tenemos que decidir; nuestra decisión afecta a todo, todo se afecta de la decisión que tomemos. Podríamos haber sido uno de ellos, uno de nuestros compañeros en el viaje.
     -Son los de mis sueños en blanco y negro y mis difusos recuerdos ¿verdad?
     -Los mismos que sufrieron el implacable paso del tiempo y la levedad de unos cuerpos con fecha de caducidad. Tú eres diferente.
     -Y tú ¿Quién eres tu?
    -¿Pero sigues tan ciego aún? Sólo tienes que buscar en tu interior.
     -Tanto tiempo me llevé sin pensar que no logro asimilarlo todo.
     - Demian Pilgrim y Edmundo Sinclair, dos seres que se buscan así mismo, y sólo se encuentran en un sitio como La Laguna del Ensueño. Un solo ser cargado de futuro…

Me siento desvanecer viendo a mi compañero perder el conocimiento. Todo es borroso y una niebla plomiza nos envuelve mientras cerramos los ojos y caemos en la hierba.

Despierto con una vitalidad renovada que hacía tiempo no percibía.
Junto a la Laguna una fría brisa matutina hace ondular sus aguas en la superficie, difuminando la huidiza imagen de Demian y haciendo imposible apreciar su rostro.
El enorme Toro-Buey alza su cabeza posando su mirada en mí, fijamente, con una nobleza antes no apreciada. Inclino levemente la cabeza mirándolo, a modo de saludo, el animal repite el movimiento; a continuación desvía la mirada hacia la imagen reflejada en La Laguna del Ensueño, avanzo dos pasos hacia el agua, ya metido en la orilla distingo claramente el rostro, es la figura del ser que renace en mi interior; “El que perdura”.

Soy Adaner. Ahora sé que he superado el gran conflicto que mi creador presagió. Ahora sé que Edmundo y Demian también soy yo. El profesor Enter K ya me avisó de ello, ni siquiera una máquina tan perfecta puede esquivar tensiones "humanas" aquí en Utobab.
La asimilación de mi papel se ha revelado con nitidez después de recorrer mi viaje interior y renacer para el futuro.

Yo, Adaner, renazco como "El que perdura" para salvaguardar el conocimiento humano de tantos siglos y  transmitirlo a las nuevas generaciones, enseñarles "El Legado de las Estrellas". Debo guiar el futuro mostrándome e interviniendo lo menos posible en la vida diaria de Tull. Los pasos están dados y hay que seguir preparados para la llegada algún día de los extranjeros. Los Hermanos del Sol ayudarán a que sea posible.

"El que perdura" renace a la espera de lo que está por venir.
El camino está por delante…


                                                            FIN


  Masmoc Utopía y Tartessus Baobab 

sábado, 24 de diciembre de 2011

DIARIO DE DEMIAN PILGRIM 6


     - Todos ellos han nacido en Utobab.- Dijo Edmundo señalando a la pantalla donde se veía la plaza central de Tull rebosante de actividad.
     - Es un pueblo joven. Tienen futuro por delante.
     - Eso espero.- Asintió con tristeza al oír mis palabras, como si un lastre de pena y abandono hubiera cargado en su alma. Bajó la cabeza, la mirada perdida en algún punto del suelo y de nuevo habló tras el silencio en el que nos habíamos sumergido.
     - La pérdida.
     - ¿Cómo dices?
     - La pérdida, Demian. La pérdida.

Le observaba caminar despacio por la estancia, se frotaba la barbilla con su mano izquierda, me miraba y repetía - La pérdida.
Yo esperaba que ampliara sus palabras pero él seguía dando vueltas en silencio, mirándome alguna vez como esperando respuestas a una pregunta no formulada.
     - Los más jóvenes ni siquiera nos conocen, no nos han visto nunca al habernos mantenido, con el paso del tiempo, cada vez menos presentes a sus ojos.
Por fin comenzó a hablar, y ahora no parecía encontrar pausa en sus palabras; era un torrente que gesticulaba con sus manos cada frase, con tal convicción y claridad de exposición que en sus pupilas ya no solicitaba respuestas. Ahora volcaba hacía mí la quemazón de su interior, el agrio sabor de una vida salpicada con demasiadas ausencias.
Y continuaba envolviéndome con su voz,
     - Ya solamente somos visibles a una docena de compañeros de viaje. Hemos perdido a muchos en este camino. No estoy preparado para superar más ausencias. No creo que resista perder a Gabriel ni a Bittan.
Edmundo posó su mano en la pantalla y captó la imagen de Tull, obteniendo una visión panorámica del poblado. Cruzó los brazos mirando la imagen. Sus ojos brillaban y acuosamente desteñían.
     - Fagen hizo un excelente trabajo en el diseño de su construcción. Inmejorable. Y hace muy poco que nos abandonó.
Nuestro pasado se desmorona en este nuevo presente.
Alejó su vista de la pantalla y se volvió hacia mí diciendo - Demian, ¿sólo nos quedará futuro?
Sus pupilas bañadas en lágrimas imploraban un consuelo que yo no lograba encontrar. Con un ademán cansino me invitó a tomar asiento y él se sentó al mismo tiempo con parsimonia.
Con un gesto cansado y mirando a la pantalla, como si estuviera solo y reflexionando en voz alta para sí, de nuevo habló.
     - ¿Llegaremos a olvidar nuestro pasado?

El silencio nos atrapó.
Este tiempo muerto me hizo recordar de repente al profesor Enter K, tan lejano en el pasado y tan latente en nuestro presente.
Rememoraba con nitidez sus palabras antes de que la expedición partiera de la Tierra,
"
Ten en cuenta que la dudas te asaltarán en algún momento inesperado; debes encontrar entonces las respuestas a preguntas nunca antes formuladas. Cuenta con que siempre tendrás un enorme pasado; tendrás que encontrar la fuerza y el valor necesario dentro de ese mismo pasado".
El profesor Enter K sacaba un pañuelo de su bolsillo y secaba discretamente sus mejillas lagrimadas y continuaba.
"Es muy posible que llegues a percibir que tu presente se haga muy difícil de soportar. Tus reflexiones te podrán llevar a la senda de un nuevo futuro que podrás crear o, desbordado por un pasado creciente, solapar ese futuro por un presente caduco".
Veo muy claramente en mi memoria la imagen del profesor; nariz aguileña, su corta barba de perilla harinada, la ausencia total de cabello, sus ojos verdes y solemnes, y su amable sonrisa siempre presente, fiel compañera desde su infancia como él decía. Ya no volví a verlo más pero sus palabras del día de la partida resurgen con fuerza en mis recuerdos, grabado a fuego y trayendo calor a este paisaje helado y mortecino que amenaza la cordura de Edmundo y la mía propia.
"Espero que sepas encontrar el carril adecuado dentro de la fortaleza de ti mismo. Tu decisión regará el futuro de todos, o lo inundará".


Recuerdo las últimas palabras del profesor antes de dejarle atrás y entrar en la nave. Esas mismas palabras que han seguido produciendo en mi interior un eco inagotable hasta este mismo día.
"Es tu futuro, es nuestro futuro".


  * Masmoc Utopía. 

domingo, 4 de diciembre de 2011

DIARIO DE DEMIAN PILGRIM 5


- Tú debes ser Edmundo Sinclair.
     - Así es, ¿cómo sabes mi nombre?
     - Utobab nos regala sabiduría y la Laguna del Ensueño nos aporta claridad.
Nos observábamos manteniendo un lapsus silencioso en nuestra recién iniciada conversación. El frescor del agua cercana y la suave brisa que nos acariciaba parecía actuar como un bálsamo relajante en él; al instante se recostó de espaldas sobre la hierba, los brazos extendidos lateralmente y la vista sin apartarla de mí.


     - Creo que identificas el lugar donde nos encontramos – le dije.
     - Nos encontramos en la Laguna del Ensueño. Este lugar me resulta familiar pero no recuerdo con certeza haber estado aquí antes. Yo estaba encerrado en una celda a la que llegué sin saber porqué.
     - También yo estaba en la misma fortaleza, en otra celda cercana. Pero ya hemos abandonado ese lugar cerrado, ya no podíamos continuar allí, sus cimientos comenzaban a derrumbarse. Hemos seguido el carril y ya estamos en Utobab.
Al oír mis últimas palabras, Edmundo se puso en pie, alzó los brazos hacia arriba, bajándolos lateralmente al unísono y haciendo un círculo en el aire hasta llegar a posar sus manos en el centro de su pecho. Todo ello sin dejar de mirarme por un segundo.
Yo repetí esos mismos movimientos a modo de saludo y recité,

     - Liso es el sendero
       por el mar del futuro.
       Llano es mi cielo,
       por mi viento, el tuyo.

     - Reconozco esas palabras, las he oído antes, aunque he intentado olvidarme de ellas, las siento muy dentro de mí. ¿Qué significan?- preguntó Edmundo con acusada desorientación en sus ojos.
     - Espero que llegues a saber su significado, puesto que es algo que antes comprendías.

Los diamantes de la noche ya brillaban sobre nuestras cabezas y la superficie de La Laguna del Ensueño se asemejaba a una riada de luciérnagas que volara hacia nosotros. Pero lo que se acercó a nuestro lado fue un enorme animal, un toro-buey que apareció, no sabemos de dónde, que llegó sin hacer el más mínimo ruido.
Continuamos los dos de pie, en silencio y observándolo; el gran animal dio dos vueltas alrededor nuestra y se colocó justo en medio de ambos, de ese modo no podía ver a Edmundo Sinclair ni él tampoco a mí. El inmenso animal no dejaba de mirar al manto de estrellas sobre el agua, pareciera que no le importáramos. Seguíamos petrificados y hasta podía oír mi respiración.
Fue entonces cuando el astado animal levantó su enorme cabeza hacia los cielos y emitió un sonido ensordecedor, pleno de furia bestial, y al ir acabando su particular diálogo con las estrellas terminó con un suave susurro, volviendo su mirada a Edmundo y a mí indistintamente, deteniéndose unos segundos con sus pupilas clavadas como flechas en la diana de nuestra mirada. Sus ojos me transmitían pesar. Al volver a girar la cabeza después de mirar a mi compañero sus ojos emitían plenitud y regocijo.
Un pájaro negro se posó en el lomo del gran animal y segundos después el toro-buey se echó a dormir sobre la hierba.
Pude ver a Edmundo echarse al suelo diciéndome
     - Demian, no hay mejor lugar que la Laguna del Ensueño para soñar.

Me quedé dormido recostado junto al animal y mirando las guirnaldas de estrellas cómo nos observaban.



  * Masmoc Utopía 

martes, 29 de noviembre de 2011

Diario apócrifo de E.Sinclair 5


Despierto sudoroso del leve sueño en el que me encuentro inmerso, y sé que llegó el momento. Giro la cabeza hacia la puerta de mi celda y descubro una pequeña rendija por la que se escapa la luz de una luna que entra por la ventana de mi prisión. Corro hacia la puerta como si me fuera la vida en ello, la empujo y mi sorpresa se acrecienta cuando descubro que está abierta. Todo este tiempo aquí, y la puerta estaba abierta, abierta esperando que yo la empujara y saliera de mi cautiverio.
Salgo y tan solo la luz de la noche que entra por la ventana me deja entrever unas escaleras que se enroscan hacia el Averno.

     -¿HAY ALGUIEN?…
Nada, solo mi eco me responde.

No puedo esperar más y bajo esas escaleras lo mas rápidamente que la oscuridad me lo permite.
Este abismo me engulle y parezco estar bajando a los infiernos de Dante; sólo cuando ya no me veo ni en mi interior, aparece esa luz, luz de una puerta salvadora que me llevará hasta la libertad.
¿Qué fin tendrá este camino que serpentea entre las encinas? Sin duda será un sitio mejor que éste.
Llevo al menos una hora caminando y tan solo la luna me acompaña, a ambos lados del sendero, oscuridad.
Un reflejo de luz en el horizonte, ¿Qué puede ser?, corro para salir de este sendero que me aprisiona. ¡Una laguna!
¿Este lugar? Lo recuerdo vagamente, sí, sin duda este lugar, retumba dentro de mi su nombre, pero… ¿de qué?
Es…¡La Laguna del Ensueño!¡Estoy…en Utobab!, pero… si es imposible.
Tengo que refrescarme, estoy dormido y debo despertar. Fría como la noche el agua acaricia mi rostro, sigo viéndola, sigo estando aquí, no es un sueño.
Las ultimas ondas en el agua me devuelven una imagen de…

     -¿Quién eres tú, que parezco conocerte?
     -Por fin has llegado, ¿no me recuerdas? , te esperaba hace tiempo, soy Demian Pilgrim…



Tartessus Baobab

martes, 22 de noviembre de 2011

Diario apócrifo de E.Sinclair 4


Aquí me hallo, solo; exijo a este cautiverio que me dé lo que mi pereza no me deja buscar.
No me sacia la inmovilidad, pero tampoco intento actuar.
Todo me da hastío, ¿Qué me pasa? Nunca fui así, me cansa este silencio que me obliga a pensar.
Corrí tanto por mi camino que me deje atrás a mi mismo.
¡Voy a salir y voy a actuar!

     -¿QUIEN ESTÁ AL OTRO LADO?....
Espero una respuesta, no llega, sé que está ahí esperando algo que yo no sé comprender.
     -EXIJO QUE ME HABLES….
Nada, no contesta.
Quizás soy yo el que no escucha.


Hace ya tanto tiempo que dejé de escuchar aquella voz que me incitaba, que reverberaba en mis oídos incesantemente:
Por el carril, sigue por el carril…


Tartessus Baobab

martes, 1 de noviembre de 2011

DIARIO DE DEMIAN PILGRIM 4


Ha comenzado a caer una lluvia débil y monótona. Los álamos que acompañan el sendero, al mismo tiempo que me adentro en el bosque, se mecen a mi paso aunque no percibo ni una brizna de viento. El camino es ascendente y sinuoso. El ocaso de la tarde va cubriendo de oscuridad los árboles y las montañas lejanas. Lentamente, paso a paso, avanzo por una vereda cubierta de hojas muertas. Las gotas de agua parece que penetraran en mi cerebro, siento dentro de mí una humedad ennegrecida, persistente, latente.
A unos treinta metros de mí veo avanzar a un grupo de perros salvajes por el camino; parece que hubieran surgido de la nada. Son de un color negro y hasta mí llega su olor animal de naturaleza salvaje, su fuerte aroma de montañas y senderos, su perfume de granjas asaltadas y corderos descuartizados, su esencia de lluvia, bosque y aversión por los humanos. Avanzan muy lentamente, agrupados, moviendo sus cabezas a ambos lados, coordinando una coreografía que clama a la muerte. Sus ojos, oscuros y siniestros, se clavan en los míos.
Los árboles que lindan el sendero han dejado de oscilar; me acompaña un silencio que puedo oír. Siempre presente el monótono llanto del cielo bañando mi alma en una pena negra y mortecina.
Un extraño pájaro, negro como la noche cerrada, desciende desde un árbol en veloz aleteo directo hacia mí. El silencio me invade cuando el pájaro negro, antes de impactar conmigo, iza el vuelo bruscamente hacia las nubes ennegrecidas. Los “perros de la lluvia” detienen su desfile procesional a escasos metros de mí y miran acompasados al extraño pájaro negro en su vuelo ascendente.

     - Adiós, adiós pájaro negro.- Grito mientras se pierde de vista.

Los “perros de la lluvia” me miran y al unísono se sostienen sobre sus patas traseras aullando y avanzando hacia mí, amenazantes. En sus ojos oscuros veo el odio hacia el hombre. En su olor percibo como la muerte viene a buscarme.
La humedad del ambiente entorpece mi voz, ralentiza mis palabras aunque mi pensamiento continúa siendo ágil, levanto una mano en dirección a la manada salvaje, con determinación, a modo de saludo y al fin logro articular palabras.

      - Sin problemas.- Les grito enérgicamente.
Los animales vuelven a su posición cuadrúpeda. Se detienen ante mi voz.
     - Sin problemas.- Vuelvo a dirigirme a ellos.


Los “perros de la lluvia” se echan a un lado del camino, escoltando mi avance postrados sobre el fango y las hojas muertas. Agachan sus cabezas a mi paso y me siguen dócilmente en la ascensión por la sinuosa vereda.
Desde alguna parte escucho una voz que me alerta. – Por el carril, continúa por el carril.
Sigo ascendiendo acompañado por la oscuridad, los perros y la lluvia persistente.
De nuevo oigo la voz desde otra dirección diferente a la vez anterior. – Por el carril, sigue por el carril. No te detengas, sigue por el carril.

Abro los ojos. Estoy completamente bañado en sudor.
Continúo oyendo la voz ahora fuera de mi celda – Por el carril, sigue por el carril…….


  * Masmoc Utopía 

martes, 25 de octubre de 2011

LO QUE TE HACE GRANDE

Lo que te hace grande es
el impulso en la creación
que refulge desde tu alma.

Lo que te hace único será
la lágrima prendida
en el alba asesina.

Lo que te hace ser fue
a veces difícil de ver
en diario acontecer.

Lo que te hace grande
fue, es y siempre será
tu profundo único ser.


* Masmoc Utopía

domingo, 21 de agosto de 2011

Solo la mañana

Solo la mañana,
cubriendo de silencio
tu luz, tu imagen.

Se recrea un velo sobre ti,
estruendo de pisadas invasivas.

¿Cómo entrar en ti sin lastimarte?

Ensueño de nebulosas en el horizonte,
la cadencia de un sonido acompasado.

Solo la mañana,
desaparece el silencio
ni tu luz, ni tu imagen.

El Caminante de la Axarquía

viernes, 29 de julio de 2011

Rendición Eterna

Sólo la guadaña de tu condena
arranca de mí toda mi esencia.
Sólo el aliento de tu negación
inunda mi alma en tu presencia.

Aire gris, rendición eterna,
cubres de temor tus ojos,
apagas el calor en tu voz
y no oyes crujir la tierra.


* Masmoc Utopía

viernes, 8 de julio de 2011

Diario apócrifo de E.Sinclair 3


¿Qué melodía llega a mis oídos? Me retrotrae a momentos pasados, tan lejanos en el tiempo como en mi memoria.
Nunca creí volver a escuchar esa música que me acunaba cuando aún mi camino no había tomado un rumbo; y seguía esclavo de la necesidad de otros seres que se autoproclamaban mis tutores.
Creían que me gustaba, pero en realidad era a ellos a los que apasionaba aquella música, yo tan solo la soportaba, nunca me preguntaron.

Parece que suena distinta tras tantos años de silencio musical en mi vida, tan distinta que podría asegurar que distingo cada nota y puedo separar instrumento por instrumento en mi cerebro y volverlos a unir, como si de un consagrado director de orquesta se tratara.

No me dejaban decidir, todo lo que yo quería estaba mal, era incorrecto, no sabía lo que decía… TODO; ni una sola de mis decisiones de infancia y adolescencia podían ser tomadas sin la censura de unos padres excesivamente protectores.
Así fue como me rebelé; nada más tener capacidad legal, desaparecí, nadie de mi anterior vida supo más de mí.
¿Feliz, que si he sido feliz? Libre eso es lo que he sido, libre. ¡No feliz!
A veces uno no es quien quiere ser, pero al menos lo intenta.

Y ahora este sitio, vuelvo a ser esclavo, vuelvo a ser controlado, y lo peor de todo, empiezo a dudar del camino que tomé, de mi forma de actuar ante el mundo, dudo incluso si en realidad aquella música que vuelve a mis oídos y llegue incluso odiar, en realidad me gustaba tanto o mas que a mis padres.

¿Qué pasa? ¿Cambia de sonido? No, no es música lo que escucho, tan solo es el silbar del viento por las rendijas…


Tartessus Baobab 

domingo, 26 de junio de 2011

DIARIO DE DEMIAN PILGRIM 3


Definitivamente me encuentro bien en mi celda. Sigo sin comunicarme con nadie, aunque a veces el viento me trae sonidos que a mí me parecen lamentos de alguien. Las pocas veces que he creído oírlos, de forma casi mecánica, he comenzado a cantar a pleno pulmón. Invento las estrofas dentro de la melodía, repito 

estribillos, doy palmadas y en mi cerebro escucho los instrumentos que acompañan a mi voz. Suena fuerte dentro de mi alma y al cabo de unos minutos acabo la canción, extasiado y sudoroso, despertando de cuasi un trance emocional. Soy un pájaro ahora, he vuelto a mi jaula donde me mantienen confortablemente. No sé si alguien podrá escuchar mi voz; es más, da igual si alguien la escucha o no. Lo cierto es que mi espíritu despierta, reacciona y me impulsa hacia arriba al intuir escuchar lamentos de alguien en el viento.
Soy un camaleón en la sombra de la noche............  
*Masmoc Utopía