sábado, 18 de junio de 2016

MUNDO CAUSAL XX "Mara ve tras Lugosian"


El grupo causal quedó inmovilizado cuando la niebla violácea los envolvió. El reloj del tiempo congeló sus manecillas y los paralizó en un dormir inerte.
Mara percibió inmediatamente la nueva situación. De alguna forma esperaba que ocurriera algo así. También se encontraba inmovilizada pero su aura espiritual se desprendió de su cuerpo y logró salir de él con súbita naturalidad. Observó al grupo envuelto en la niebla y adherido a las rocas cuando comenzó a andar con determinación hacia el bosque buscando….

Hay algo que no me cuadra en todo esto. Todo el grupo confía en Lugosian pero yo no logro fiarme de él. Si estamos en esta situación, con Bennu mal herido y el fallecimiento de Franz, se lo debemos a Lugosian. Tengo que separarme del grupo, ir a su encuentro y afrontarlo.

Tras una inmensa roca granítica, apoyando su encorvada espalda en la blancuzca superficie, encontré a mi objetivo. Él me miró sorprendido al verme.
-      Vaya, vaya quién se ve por aquí ¿Me estabas buscando?
-      Así es. Quiero que dejes al grupo en paz. Estás haciendo el doble juego entre nosotros y los fobios. Es más, estás vendido al mal, a los fobios.
-      Mira por donde... –respondió Lugosian –Los hombres con sus categorías, jerarquías, catalogaciones y juicios son insoportables, y veo que nada ha cambiado desde hace siglos. Tú, en tu grupo, ¿no percibes una cierta jerarquía? ¿No ves que Monchian os trata como si fuera la sabía del grupo? Ella guía, ella sabe, ella salva... ¡Ay pequeña! ¿cuándo entenderás y harás valer? ¿No ves cómo te tratan? Como la frágil, la débil…...pero yo estoy aquí para ayudarte.
-      No necesito tu mano, Lugosian, tu mano es peligrosa. No cederé a tus provocaciones. Además estás equivocado, Monchian lo ha dejado claro, somos un grupo unido contra los fobios, pero al mismo tiempo no nos dejamos guiar por nadie como el resto de los humanos. Tenemos consciencia propia. Nuestra guía es la videncia.
-      Jajaja... No me hagas reír pequeña –provocó Lugosian
-      Y créeme, te pusieron un nombre equivocado. Mara, significa amarga. Sin embargo yo te nombraría “La que todo lo ve”.... ¿Te das cuenta cuánto te aprecio?
-      Quizás en esto lleves razón. Veo todavía con mayor claridad después de enfrentarme a los fobios. Veo en ti un ser despreciable.Veo también que traicionaste a tus mejores amigos. Te vendiste al poder de los fobios a cambio de inmortalidad y poder. Lugosian, estás solo y viajas con tu pena por los sueños de los humanos, capturando almas inocentes para alimentar a los fobios con su energía.
        Deambulas por el lago con tu bastón, que antaño fue tu arma digna, golpeando las piedras como un loco para llamar la esencia de tus viejos amigos de otras vidas ¿No te das cuenta que ahora están lejos de ti y que jamás regresarán contigo?

El silencio que producían mis palabras en él me daban fuerzas para continuar exorcizando su presencia maligna.

-      Has vagado a través de los siglos y conoces a los humanos en sus límites y defectos, pero nunca entrarás en contacto con sus almas. Tal pureza no te corresponde...Tu alma está corrupta y perdida para siempre.

Mientras afrontaba a Lugosian,  sentí el miedo que subía irrefrenable, sabía que si no conseguía dominarlo, mi enemigo podía utilizarlo contra mi.

-      Me estás irritando, Mara. Nunca conseguirás distinguir entre la gente que te aprecia de las que no lo hacen...Tú allá, pequeña.

De improviso los ojos de Lugosian se hicieron más oscuros e impenetrables, y tras un alarido de guerra que resonó como un eco en todo el bosque, su figura se materializó cabalgando un oscuro caballo, con yelmo y espada en la mano alzada y preparado a galope para atacarme.
Inicié una carrera desenfrenada sin dejar de mirar hacia atrás al malvado caballero. En mi desesperada carrera tropecé con una piedra mientras intentaba levantar un brazo para protegerme de la espada de Lugosian y de las extremidades del diabólico caballo.
No tenía salida ante tal potencia maléfica. En aquel momento, revolviéndome sobre el suelo rocoso, le grité...

-      ¡Tú la mataste, tú mataste a tu hermana!
 Lugosian frenó su carrera y su espada a dos centímetros de mi cabeza.
-      Tú la mataste de pena cuando vendiste a tu mejor amigo a los fobios. Era el amor de tu hermana. Sabes bien que ella no pudo resistir al dolor de la perdida y se dejó morir lentamente de tristeza. ¿Cuántas vidas aún para alimentar tu sed de poder Lugosian? Tú allá. Ahora tienes la posibilidad de elevarte, de salvarte y de ayudarnos, liberándonos de los fobios para siempre y redimiendo tus errores. Para ti la elección, Lugosian...
-      Tus palabras hieren más que mi espada. –Pronunció  Lugosian, que en aquel momento luchaba entre su parte humana y sobrenatural. –A mí la elección.

Me alejé cabizbaja, caminando hacia el encuentro con el grupo, esperando haber instaurado en la enfermiza alma de Lugosian la idea del sacrificio para liberarse a sí mismo de la eterna penumbra, y al mismo tiempo liberar para siempre a nuestro grupo de los fobios con su sacrificio.

El agotamiento me invadía aunque al llegar junto al grupo causal sentí como la energía volvía a mi espíritu, sintiéndome plena y vital al fundirme con mi cuerpo. La esperanza nos acompaña.




     *INDACO