martes, 14 de julio de 2015

MUNDO CAUSAL X "Despierta Banton"



 Por un momento mi mente se vuelve lúcida y alcanzo a comprender que mi cuerpo no responde a ningún estímulo, no recuerdo quién soy , ni qué edad tengo.
Me veo tumbado boca arriba en la cama de un hospital, inerte. Siento una extraña fuerza de gravedad que no permite que mi espíritu pueda abandonar definitivamente el claustro de carne y huesos.
Noto por un instante que estoy despierto, pero sé que cuando desfallezcan mis pocas fuerzas y sea arrastrado de nuevo dentro de mi cuerpo, volveré a vivir en un mundo diferente, cambiante e inquietante; el mundo de mis sueños, en el que sí guardo recuerdos y donde parece que tengo una identidad.
Aunque ahora, por un momento, creo que se trata de un sueño, provocado quizás por la medicación, en realidad no estoy tan seguro de ello.  

De lo que sí estoy completamente seguro es de que inevitablemente volveré a vivir ese vivo sueño, real, casual o causal. Volveré a pisar las montañas que parecen estar vivas, sentir al río que fluye con un ritmo propio y cambia de curso a su antojo. Volveré a caminar entre la variedad infinita de árboles y vegetación desconocidos para mí, a la fauna esquiva y puede que peligrosa, y a los seres humanos, no menos esquivos y quien sabe si también peligrosos.

He visto a lo lejos al menos a dos mujeres, que bien podrían ser sirenas o lamias, o imaginaciones mías. No me fio de nada ni de nadie, ni siquiera del tipo que dice llamarse Silvano, y que no sé a ciencia cierta por qué me estaba esperando en lo alto de aquella colina y gracias al cual puedo seguir contando esto. No me queda más remedio que confiar en él si no quiero verme solo de nuevo; ahora puedo hablar con alguien aquí.

 Lo que más llama mi atención en este mundo de sueño es el lago. Parece como si estuviera vivo y que guardara un gran misterio. No puedo evitar esa sensación espesa de angustia y esperanza cada vez que lo contemplo. Veo a veces agitarse sus aguas como si se estuviese librando una lucha mortal, y tras ello una calma tensa, presagio de una nueva lucha.

Recuerdo mi primer encuentro con Silvano y como me esforzaba en hacerle comprender que si estábamos allí era por algo y que, antes o después, deberíamos contactar con el resto de habitantes en nuestro sueño común.
Tras perder de vista a la mujer del lago y mirándolo fijamente a los ojos le dije :
-         Creo que definitivamente estoy aquí para quedarme y que no volveré a la vida real hasta que las incógnitas de este sueño no se resuelvan. ¿Sabes? En mi supuesta vida real estoy al borde de la muerte, tumbado en la cama de una habitación de hospital, en un coma clínico debido a mis excesos fatales, creo, porque no recuerdo detalles de mi vida real, sólo el sentir de mi pulso vital extremo y autodestructivo.
-         No digas tonterías Banton –espetó Silvano- . Yo tampoco sé quién soy en la vida real cuando sueño, por eso es un sueño y luego puedo recordarlo o no. Aunque creo que llevo demasiado tiempo soñando y este paisaje parece cada vez más real y mi vida más difusa.

Pensé que Silvano no me decía toda la verdad y que sólo pretendía consolarme de algún modo.
-         Tú sabes algo que me ocultas sobre todo esto. ¿Por qué estabas tú aquí antes que yo? ¿Por qué me esperabas en lo alto de la colina? ¿Quién es esa mujer que acabamos de ver lanzarse al agua? ¿Quién coño más anda por aquí?.....
-         ¿Quién te ha dicho que yo te estaba esperando y que estaba por aquí antes que tú? –me respondió Silvano con una leve y maliciosa sonrisa. –No olvides que esto es un sueño y aquí no existe el tiempo y creo que sólo ves lo que existe en tu imaginación. Siento decirte que no soy real, ni tú tampoco, ni todo lo que vemos o creemos ver a nuestro alrededor.
-         Vete a tomar por culo –le dije al mismo tiempo que le           lanzaba un puñetazo en plena cara. –Dime ¿es esto real o no lo es?

En ese momento el crujir de una gruesa rama sonó a nuestras espaldas y alguna alimaña desapareció súbitamente entre la maleza. Silvano permanecía en el suelo tapándose la cara con las manos cuando me dijo..
-         ¡Eh! Hijo de puta, preocúpate de lo que tienes a la espalda y ya te diré yo a ti si esto es real o no……

El doctor me hacía una pregunta tras otra pausadamente para comprobar si había recuperado la consciencia. Alcancé a preguntarle cuánto tiempo llevaba así y su respuesta me heló la sangre.
-         Siete años, Señor Banton. Ya casi habíamos perdido toda esperanza en su recuperación, pero en las últimas semanas ha estado recuperando lentamente la movilidad y ya reacciona a los estímulos externos, aunque levemente, pero estamos en el buen camino.

¡Joder! Parece que empiezo a recordar quien soy, y creo que prefiero volver a ”soñar” , prefiero volver a mi extraño mundo especial.



*JARR


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