Seis de la mañana. Suena el despertador. Maldito sonido que me
despierta y me dice que tengo una misión que realizar. Cuando mejor descansaba,
sin recordar nada de mis sueños, en un vacío eterno. ¡Puta mierda!, ¡puto tó!.
¿Por qué carajo no puedo evitar esta sensación de vacío que me llama a dejar lo
poco que tengo y al mismo tiempo me impulsa con tanto vigor a hacer algo que no
sé qué es?
Me levanto y enciendo un cigarrillo. Pongo el café. Aún es de noche y voy
aclarando mis ideas al mismo ritmo que comienza a amanecer. Desde que abandoné
a mi familia y vivo en este sucio cuartucho, parece que me sincronizo con la
naturaleza con gran facilidad. Puedo sentir la tierra que me mantiene pegado a
ella y el viento que me ayuda a intentar volar. Pero la verdad es que no deseo
hacer nada. Me he estado dejando llevar por mis impulsos más primarios y creo
que soy un animal, nada más. Hasta ahora sólo esperaba el momento de irme a
dormir y, si Dios quiere, quedarme ahí y no volver más a la realidad. Pero
desde que se repite ese sueño siento una gran inquietud que estoy decidido a
calmar como sea.
El olor a café recién hecho me reconforta en cierta forma y me libera de
esa sensación que me persigue desde hace años. La sensación de no ser nadie, no
ser nada. Pero al mismo tiempo creo que hay algo por lo que sigo vivo, que
tengo algo que hacer, solo o en compañía de otros elegidos para algo que se me
escapa.
Por fin, me anudo el pañuelo rojo al cuello y salgo a la calle. Conozco un
parque con un hermoso lago y una glorieta donde los niños dan de comer a los
peces del pequeño estanque. Precisamente el mismo sitio donde amanecí con el
misterioso pañuelo rojo en la mano. Debe ser ahí donde tengo que volver, no
tengo dudas. En mi último sueño los veía sentados cerca del lago esperándome,
llamándome como si yo fuera una pieza más de un engranaje que necesita que todo
encaje para funcionar. Me han robado mis sueños, o mi realidad, lo cierto es
que tengo que acabar con esto.
Soy el poeta del amanecer, mis versos se desvanecen con la luz del nuevo
día, espero a la musa que sea capaz de capturarlos y encerrarlos en la realidad.
* JARR