La niñez, mi niñez, perversos recuerdos inundan una mente que aún joven, se siente envejecer por la lejanía en el tiempo de las historias vividas.
Todos los detalles de momentos e incluso las historias completas que recuerdo de mi pasado, a veces me parecen ser imaginarias. Inventadas al amparo de un tiempo ya transcurrido, pero son mi pasado.
Toda una vida guiada por un hipotético destino que nos maneja a su antojo, al menos en eso nos basamos para justificar lo inapropiado de nuestra conducta en determinadas ocasiones.
Recuerdo un patio de vecinos, donde lo único en común que teníamos las familias que lo habitábamos era el servicio para hacer nuestras necesidades; yo privilegiado de mi tenía un trono blanco sobre el que depositaba mis sobras mientras toda una reina se encargaba de deshacerse de ellas.
Era un príncipe con dedicación absoluta a mi trabajo; este consistía en disfrutar de mi familia y de mis amigos, sobre todo pasando por la ineludible ocupación del juego continuo. Juego a cualquier cosa, a nada me negaba: piola, el coger, el esconder, palma arriba palma abajo…, y nuestro pasatiempo favorito, que consistía en saltar por bloques de mármol que junto a nuestra barriada, ya antigua para aquel tiempo, lindaba nuestro territorio.
¡Aprieta la caló! Niña tapona el desagüe que vamos a preparar una piscina para los crios. Y con un pequeño charco que se formaba en el patio disfrutábamos de una piscina imaginaria que desbordaba nuestra alegría.
Dicen que eran tiempos difíciles, que no poseíamos nada, que todas nuestras libertades estaban cercenadas; pero yo de eso no recuerdo nada, mis primeros años fueron tan felices que volvería a repetirlos sin saltarme ni siquiera el momento en el que mi madre, con alpargata en mano, me traía riñéndome desde la fábrica de mármoles.
Gracias doy una y mil veces a unos padres que me supieron dar lo único que de verdad necesita un niño, amor y un espejo digno en quien fijarse.
Tartessus Baobab
domingo, 3 de octubre de 2010
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Acertada y poderosa frase final;"..lo único que de verdad necesita un niño, amor y un espejo digno en quien fijarse."
ResponderEliminarBrillante....
* Pilgrim
Yo vivía con tus padres
ResponderEliminary disfrute de ese hogar,
tu padre inmejorable,
tu madre todo bondad.
Llegaste a un matrimonio
ya metido en cierta edad,
fue como un regalo del cielo
alguien les quiso premiar.
Heredero indiscutible
tu heredaste su nobleza,
por eso eres humilde
para mi es tu grandeza.
Un texto noble y digno como tu mismo
ResponderEliminarLos jardines de la infancia son indimenticables y el tuyo lo recuerdo aún. Verde, frondoso y aristocrático. Ruido del agua que fluye entre las hojas y las fuentes y tortugas que acompañaban a la salida del pequeño laberinto del jardín.
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