Ando por la calle con
la conciencia de que el día ha empezado mal. Todo lo que me rodea me
molesta. Me doy cuenta. Aquí no hay arte ni contemplación y tampoco
relajación.
Paso
por delante de las innumerables vitrinas comerciales mirándolas de reojo. ¿Nos
habremos dado cuenta de que todo este tinglado no tiene más sentido?
Camino haciendo zigzag entre los frenéticos coches con sus frenéticos
conductores. Detesto la potencia de sus máquinas y la poquedad de sus
mentes.
Me
cruzo con miradas de gente perdida, ajetreada, agobiada, agresiva y resignada
que arrastran sus propios cuerpo de vacías almas.
Me
pregunto si todo ésto tiene un sentido ¿Estaremos en este mundo para algo
? Para una misión, una tarea, un papel; o simplemente para gozar, ociar, amar
¿La mayoría de nosotros vagaremos hasta el final sin encontrarle un
sentido a la vida?
Entro
en mi portal con las reflexiones orientándome en la cabeza. Cojo del
buzón papeles, burocracia y publicidad. Quiero tragármelos todos para
expulsarlos definitivamente de una manera u otra.
Me
cansa todo ésto. Quiero dormir, desconectar mi cerebro cual una
computadora. Dormir y relajarme.
Creo
que me he quedado dormida ¿o tal vez no?. No puedo darme la vuelta en la cama,
tampoco ponerme de lado en mi posición preferida. Ni mis manos ni mis
pies ni mi cabeza se pueden mover en una especie de bloqueo extemporáneo. Sólo
mis ojos pueden ojear la habitación que de improviso se adensa de oscuridad.
Una
especie de materia densa y nebulosa se va difundiendo más y más ante mí,
que yazco aún en mi cama sin que pueda hacer nada para evitarlo.
La
materia negra y transparente va adquiriendo formas fluctuantes que van
separándose unas de otras diseñando tenebrosas siluetas en el aire que se
mueven enloquecidas en todas direcciones de mi habitación. Van saliendo
volanderas de la pared de la cabecera para concentrarse flotantes en el techo.
Parecen estar hechas de humo negro, formas gaseosas medio humanas medio
inhumanas que terminan con una cola difuminada. Seguramente seres no humanos.
Observo
el fenómeno al principio sorprendida como presenciando un acto fuera de lo
común pero seguidamente aterrada. Sobre todo cuando un grupo de esos
seres inorgánicos se acercan hacia mí peligrosamente. Contemplo cómo se
van introduciendo por las lámparas de luz sobre la mesita de noche y salen cual
destellos cargados de electricidad para penetrar seguidamente por mis orejas y
volver a salir deslizándose por mi boca. En un momento soy toda una centella
eléctrica fusionada con los seres inorgánicos y con las lamparitas de luz, en
una especie de potente energía fulgurante que nos une en cualquier modo.
Paralizada
por la superioridad y la velocidad del fenómeno, no contrasto ni lucho contra
tal posesión, sino yazgo supina inerte e impotente en mi cama.
-
!Sal de ahí! –Me grita de improviso
una voz alarmada. ! –Tienes que salir de aquí ahora mismo. Levántate y
sígueme. Escapa. Tenemos que irnos de aquí!
-
¿Quién eres? No me fió tampoco de ti...No te conozco. –Respondo a
la voz con un sistema de telequinesis que yo misma no sabía poseer.
-
Confía en mí. Estoy aquí para ayudarte. Date prisa...Son fobios
¿Lo entiendes? ¡Fobios! Si te quedas ahí te atraparán para siempre. No te queda
otra alternativa que fiarte de mí. Son peligrosos, potentes y yo te conozco,
eres frágil y no tienes la fuerza para combatirlos.
En
un momento no corremos sino volamos unidas de la mano virtualmente, e izadas en
el aire a gran velocidad. Los fobios nos persiguen enloquecidos, como si fuera
cuestión de vida o muerte penetrar nuestros cuerpos y nutrirse de nuestra
energía vital. Una especie de supervivencia. Necesitan de nuestros
organismos para sobrevivir y activarse succionando energía vital. De lo
contrario parecen morir o carecer de energía suficiente.
Recorremos
la casa volando y buscando una vía de fuga sin encontrarla.
Cuando
los seres están ya muy cerca de nosotras , de improviso veo una puerta
abierta y oscura. Temo que nos chocaremos contra ella como contra un muro de
oscuridad. Sin embargo la atravesamos y en milésimas de segundo nos
transporta a otra dimensión, a otro paisaje. Hemos encontrado una la
salida de salvación.
Los
fobios se han quedado al otro lado de la puerta sin poder seguirnos.
Estoy
fuera de peligro. ¿Pero dónde estoy ahora? ¿Y quién es ella?
-
No me conoces. Bueno me has visto en tus sueños pero no te
acuerdas de mí por lo que veo. No hace falta que hables. Ahora relájate. Tengo
que desinfectarte. Puede que aún tengas algún fobio dentro de tu organismo y es
mejor que no entren en esta zona aséptica. Sumérgete en el lago. Deprisa...No
pierdas tiempo. Si tienes alguno dentro, al contacto con el agua purificadora
de la laguna lo atraparás y aunque no salgan de ti aun los podremos tener bajo
control y neutralizarlos. Confía en mí.
-
Vale pero ¿Qué lugar es éste? Explícame.
-
No tengo tiempo, Mara, ya hablaremos cuando salgas del agua. Te
puedo decir sólo que no soy yo quien te ha buscado sino tú a mí.
-
¿Eres una psicóloga?
-
Sí y no. Digamos que soy un híbrido entre psicóloga y chamana.
Como tú prefieras. Conozco el mundo real, la mente humana y sus sentimientos
así como conozco este mundo irreal donde entramos por las puertas de nuestros
sueños. Mi nombre es Monchian. Ahora salta. Te esperaré aquí sentada hasta que salgas del agua.
* INDACO
Llega al Mundo Causal definitivamente el peligro creado por sus propios miedos.
ResponderEliminarIrrupción de los fobios en Mara que seguramente la sitúa identificando los dos mundos que comparte.
La historia va cogiendo fuerza, agilidad y viveza.
Gran aportación de Indaco.
Muchas gracias Masmoc Utopía
EliminarTodos los habitantes de este Mundo Causal van descubriendo que por grande que sean tus Fobios siempre hay alguien que te puede ayudar. La clave esta en buscar a las personas adecuadas en el sitio correcto.
ResponderEliminarMuy buena aportación Indaco.
Muchas gracias Tartessus. Es un placer poder colaborar con vosotros con mis ideas y mi experiencia.
ResponderEliminarA veces se tarda mucho en encontrar la llave justa.
Un saludo a los amigos de Baobab y del Mundo Causal.