Despierto
sudoroso del leve sueño en el que me encuentro inmerso, y sé que llegó el
momento. Giro la cabeza hacia la puerta de mi celda y descubro una pequeña
rendija por la que se escapa la luz de una luna que entra por la ventana de mi
prisión. Corro hacia la puerta como si me fuera la vida en ello, la empujo y mi
sorpresa se acrecienta cuando descubro que está abierta. Todo este tiempo aquí,
y la puerta estaba abierta, abierta esperando que yo la empujara y saliera de
mi cautiverio.
Salgo y tan solo la luz de la noche que entra por la ventana me deja entrever unas escaleras que se enroscan hacia el Averno.
Salgo y tan solo la luz de la noche que entra por la ventana me deja entrever unas escaleras que se enroscan hacia el Averno.
-¿HAY ALGUIEN?…
Nada, solo mi eco me responde.
No puedo esperar más y bajo esas escaleras lo mas rápidamente que la oscuridad me lo permite.
Este abismo me engulle y parezco estar bajando a los infiernos de Dante; sólo cuando ya no me veo ni en mi interior, aparece esa luz, luz de una puerta salvadora que me llevará hasta la libertad.
¿Qué fin tendrá este camino que serpentea entre las encinas? Sin duda será un sitio mejor que éste.
Llevo al menos una hora caminando y tan solo la luna me acompaña, a ambos lados del sendero, oscuridad.
Un reflejo de luz en el horizonte, ¿Qué puede ser?, corro para salir de este sendero que me aprisiona. ¡Una laguna!
¿Este lugar? Lo recuerdo vagamente, sí, sin duda este lugar, retumba dentro de mi su nombre, pero… ¿de qué?
Es…¡La Laguna del Ensueño!¡Estoy…en Utobab!, pero… si es imposible.
Tengo que refrescarme, estoy dormido y debo despertar. Fría como la noche el agua acaricia mi rostro, sigo viéndola, sigo estando aquí, no es un sueño.
Las ultimas ondas en el agua me devuelven una imagen de…
-¿Quién eres tú, que parezco conocerte?
-Por fin has llegado, ¿no me recuerdas? , te esperaba hace tiempo, soy Demian Pilgrim…
Tartessus Baobab