Promesas sugerentes brotan irreales
de tus húmedos labios,
sedientos en eterna espera.
Cuando voy a abrazarte
mis manos se cruzan en la nada
apretando mi espalda.
Cuando voy a hablarte
el silencio es una cruel garra
que aprisiona mi garganta.
No te respiro, hace demasiado tiempo
y aún sigo enfermo de amor.
En mi torre de farero espero paciente;
la soledad y las olas rompen........
rompen tu dulce imagen.
Solamente me queda esa música.................
* Masmoc Utopía
miércoles, 19 de febrero de 2014
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